3 maneras en que la atención plena es diferente de la meditación

3 maneras en que la atención plena es diferente de la meditación


Todos hemos visto esa imagen de una mujer sentada en la cima de la montaña con ropa holgada, piernas cruzadas y las manos recargadas en las rodillas aparentemente trascendiendo en el tiempo y el espacio. Todos hemos sentido un poquito de envidia de verla tan en paz y pensar: ¿por qué yo no me puedo sentar así aunque sea 5 minutos? Y lo más importante, ¿cómo llegó a la cima de la montaña con esa ropa? Aunque no leas el Diario de Yoga o algún texto similar, seguramente has visto una imagen de Buddha y te has preguntado cómo es que se ve tan feliz.

Cuando le digo a la gente que medito, la respuesta que obtengo generalmente es algo como: “Jamás podría hacerlo. Lo intenté una vez y mi mente no se apagó.” Después de un intento se dieron por vencidos; se apartaron de su mente lo más que pudieron. Un amigo mío, llamémoslo “Chuck”, al contar su experiencia, parecía que había sufrido de un trauma en los minutos que permaneció sentado con los ojos cerrados. Hace 5 años, cuando comencé a meditar, me sentí de la misma manera. Muchas personas, incluyéndome, a menudo “prueban y desertan” la meditación porque no tienen la técnica y la dirección adecuada para hacerlo.

De ninguna manera estoy desacreditando la importancia de la atención plena, al practicarla podemos estar conscientes de nuestras emociones, pensamientos, comportamientos, lograr nuestras metas, comer más despacio, calmar impulsos y maldecir. Las prácticas para mantener una atención plena también son muy importantes para las personas que tienen “trabajos de escritorio” para poder estirarse, respirar, revisar sus pensamientos y sus sentimientos; todo esto para poder estar en su centro frente a una computadora (y en Facebook cuando no ve el jefe) por largos periodos de tiempo. ¿Cuál es la diferencia entre la atención plena y la meditación? Aunque nos ayuda a estar en contacto con el ahora, no nos ayuda a trascender (samadhi) que es el propósito de la meditación.

 

1) El uso del mantra

La diferencia principal entre la atención plena y la meditación es la forma en la que se engancha la mente. En la meditación, la mente se engancha con un mantra provisto por un maestro. En la atención plena, la mente se engancha con concentración y atención. En ambas prácticas se le pide a la  mente que esté en silencio.

Mi meditación diaria es sentarme veinte minutos dos veces al día mientras que repito el mantra de forma interna. A menudo cuando medito tengo la sensación de que podría continuar haciéndolo treinta, cuarenta, cincuenta minutos o para siempre. Por eso es que me sorprendo cuando veo las recomendaciones de “expertos” que dicen que se empiece con cinco minutos; ese corto tiempo se debe a la dificultad de practicar la atención plena.

De cualquier manera la verdadera relajación de la meditación proviene del uso de los mantras. Cuando te sientas y cierras los ojos en atención plena, los pensamientos continuarán fluyendo en tu mente (esto se conoce como mente de mono o en mi caso mente radioactiva de babuino).  Si le das seguimiento a tus pensamientos, entonces no estás meditando. Un mantra es un simple sonido que repites internamente, es un punto en el cual puedes centrar tu mente dejarla en silencio.

Es cierto que la atención plena te lleva a lugares de silencio. Sin embargo, al no tener un mantra puede ser que te tardes mucho más tiempo y requiere más esfuerzo.

 

2) Esfuerzo (mucho) vs. sin esfuerzo

La atención plena implica el uso del esfuerzo. De acuerdo con un artículo de Phychology Today, en la atención plena uno experimenta atención precisa y sin prejuicios a los detalles de la sesión a medida en que se presenta y desaparece. La atención plena incluye enfocarte en la respiración, ver tus pensamientos y mentalmente repetirte “pensando” cuando te enganchas en un pensamiento; los sentimientos se esfuerzan constantemente.

Meditar requiere lo opuesto; debes de experimentar silencio interno absoluto. Toda la atención debe de ir hacia adentro a través de un mantra. La atención plena deja que la mente divague sola, la meditación la centra en el mantra ya que es la forma más rápida de lograr el silencio interno.

 

3) La atención plena involucra una parte del cerebro, la meditación involucra a todo el cerebro

La diferencia entre ambas es la actividad cerebral. Un estudio de la Universidad de California en San Diego demuestra que la atención plena incrementa las ondas gamma en el cerebro (asociadas con estados de atención plena), pero no hubo mayor alteración en las ondas alfa. Un artículo en el Diario Internacional de Neurociencia documentó que durante una meditación con mantra las ondas alfa estaban alteradas en todo el cerebro, sobre todo en la corteza pre frontal. Entonces, ¿qué causó que “Chuck” y muchos otros humanos inocentes huyeran de la meditación como si fuera “El día después de mañana”? Básicamente, sin la dirección de un maestro de la técnica adecuada, practicar la atención plena como meditación puede ser una experiencia frustrante al ver a tu «mente de mono» hiperactiva oscilar de árbol en árbol sin descanso. Es difícil mantener la dualidad de las actividades que le estás pidiendo a tu mente que realice. Si tu objetivo es mantener una práctica regular de meditación, elimina la presión y encuentra un maestro, una técnica y un mantra.

 

Por Lucía Whalen

 

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