El arte de controlar el estrés

El arte de controlar el estrés


Por: Beatriz Goyoaga

Según los médicos clínicos, el 80% de los pacientes que pasan por sus consultas hoy en día viene por enfermedades de origen psicosomático, es decir, por temas causados por la mente y sus múltiples desequilibrios como estrés, ansiedad, insomnio, angustias, preocupaciones. También los oncólogos como Claudio Lorrusso, mastólogo del Hospital Italiano, considera que el estado mental de un paciente es fundamental para la rápida cura de una enfermedad como el cáncer.

Nos hemos convertido en máquinas de producir cortisol, la hormona del estrés; nos acostamos preocupados pensando y repensando los problemas, es decir, abonando y regando el jardín mental de los problemas y por ende, nos levantamos preocupados, ya que el último pensamiento que te llevas al dormir es con el primero que te levantas. Los efectos de estas preocupaciones, ansiedades o angustias en nuestro pobre organismo son tremendos, en muchos casos se traduce en colon irritable, úlcera de hiato, psoriasis, insomnios, y a nivel psicológico, todo tipo de mal carácter, impaciencia, irascibilidad y toda la gama de enfermedades modernas como las alergias, etcétera.

Médicos y científicos se devanan el cerebro para encontrar las soluciones, ignorando lo que hoy la neurociencia ya prueba como eficaz para la devolución del equilibrio mental a la alimentación sana, la meditación y la respiración, más sano y eficaz que los psicofármacos y sus efectos secundarios.

La fundación El Arte de Vivir, que desde 2009 tiene el apoyo oficial de la Organización Mundial de la Salud y trabaja en conjunto con las Naciones Unidas desde hace 35 años como miembro del Consejo Económico Social y Cultural, recomienda pasos útiles y efectivos tanto para mantener la salud como para ayudar a la cura de enfermedades causadas por la psiquis. Lo que dice la fundación es: «Cura tu mente y curarás tu cuerpo o evitarás que enferme».

Las recomendaciones no son muy difíciles de seguir: reconocer que el problema es mental y no físico, y curar la raíz, no solamente el síntoma; ingerir mucho alimento fresco y recién preparado evitando latas, congelados y prefabricados; realizar ejercicio físico diario; practicar técnicas de respiración para calmar la mente y promover la producción de serotonina; realizar de 10 a 15 minutos diarios de meditación para tranquilizar el cerebro; pasar tiempo en medio de la naturaleza; observar las horas de descanso -de 6 a 8, es lo recomendado- y durante el descanso desconectar teléfonos celulares, televisores o aparatos electrónicos que estén en el dormitorio; hacer las cosas que a uno le hacen feliz, como pasar tiempo con los hijos, tomarse un breve descanso, comer la comida que a uno le guste.

Entre estas recomendaciones, también sería bueno incluir una reflexión sobre la necesidad de ser útil a los que nos rodean y ver a quién podemos dar una mano, como sociedad y como familia.

Y finalmente, preguntémonos más a menudo qué es más importante, si tener razón o ser feliz, antes de discutir desaforadamente y gastar energía.

La meditación y la respiración son dos de las prevenciones y curas de la mente más poderosas. Ayudan a la producción de serotonina, la hormona de la felicidad, y aportan sosiego y tranquilidad.

Periodista, instructora de meditación y respiración, y coordinadora de El Arte de Vivir para Latinoamérica

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