10 consejos para fortalecer tu práctica de Yoga

10 consejos para fortalecer tu práctica de Yoga


  1. Alineación del cuello – Es fácil conseguir un dolor en el cuello en estos días, especialmente mientras manejas o estás frente a la computadora. Es común tensar la barbilla hacia delante y así dejar el cuello fuera de alineación. Para ello existe un ejercicio sencillo para ayudar a minimizar este problema: cada vez que sientas molestias o te acuerdes, lleva el dedo a su barbilla y presiona suavemente hacia atrás. Este pequeño movimiento le ayudará a abrir la parte posterior del cuello, y la pila de las vértebras de la columna vertebral en la alineación adecuada.
  1. La cantidad de agua que tomas ¿es importante? – Más de lo que crees, y probablemente consumes menos de lo que se debe en un día. Ocho vasos llenos mínimo, o incluso el doble si estás haciendo yoga o ejercicios cardiovasculares. Si tienes sed, es probable que ya presentes una leve deshidratación en tu cuerpo. Bebe continuamente durante el día, en lugar de tomar una gran cantidad de agua a la vez.
  1. El dolor no significa ganancia  – ¿Cuánto dolor es necesario en el yoga? El miedo y la ambición a menudo nublan nuestro juicio cuando experimentamos dolor en el cuerpo, mientras estamos en una pose de yoga. En nuestro deseo de competir con el resto de la clase, a menudo abusamos de nuestro umbral de dolor. Si se siente una punzada o dolor que no soportamos, debemos suavizar la profundidad de la pose y respirar. Descubre tu cuerpo con respeto sin exceso.
  1. Antes y después de la clase – Si te sientes seguro, estaciónate a una mediana distancia desde el estudio de yoga y camina lentamente hacia y desde la clase. Observa los cambios en la forma en que percibes tu entorno desde el momento en que llegas, hasta que te vas. Ten en cuenta si las cosas se ven de manera diferente, y observa cómo tu cuerpo reacciona a la caminata.
  1. ¿Qué pasa con los isquiotibiales? – En la clase, es común pasar mucho tiempo trabajando sobre la parte posterior de las piernas. Pero mientras se trabaja en los isquiotibiales, también es importante prestar atención a la parte posterior inferior. La próxima vez que sientas apretado en los tendones de la corva, intenta algunos giros en ambas direcciones para abrir la columna vertebral. Ahora, al volver a las piernas, observa si hay algún cambio en las sensaciones.
  1. La meditación , no es tan difícil como parece – Sería tan agradable comprometerse a una práctica de meditación profunda todos los días, pero puede ser intimidante. En lugar de sumergirte profundo en una larga meditación, poco a poco encuentra tu camino con sesiones cortas. Pon tu despertador cinco minutos antes y cuando te despiertes, sal a tu lugar favorito en la casa o en el exterior, y simplemente siente la energía de la mañana sin necesidad de hacer o ser cualquier cosa. Disfruta de los pequeños momentos de satisfacción por la mañana, pero se breve. A medida que pasa el tiempo, tu espíritu va a querer más.
  1. ¡Quiero un Yogamat también! – Si estás llevando una práctica de yoga, el yogamat es una buena inversión. Por mucho que los estudios cuenten con ellos, lo mejor es tener uno propio que esté limpio y en buen estado.  
  1. Lograr un Savásana más profundo – ¡Ahh la alegría de savásana! Un momento de dicha, felicidad y paz al terminar cada sesión. Pero, ¿has intentado usar una almohada de ojos? La luz en una sala de yoga puede activar los ojos y, a veces evitar que vayamos a lo más profundo de savásana. Al usar una almohada de ojo, los ojos pueden relajarse fácilmente, y como lo hacen, la actividad de la mente se relaja demasiado. Mente tranquila y cuerpo tranquilo. 
  1. Los compañeros de clases …    Estar muy cerca de tu vecino en clase,  puede hacer que su forma de yoga sea muy molesto. Podría ser la respiración ruidosa, ruidos, o incluso una práctica muy fuerte que te hace sentir un poco ansioso. En lugar de tratar de «bloquearlo», trata la estrategia opuesta, dejando todo. Toma conciencia de todo lo que está sintiendo y observa cómo afecta a tu práctica. Deja que esta distracción sea parte de tu práctica para ayudar a aprender más sobre tí mismo.
  2. Regresa a tu centro – A veces experimentamos un día en que no estamos en nuestro centro y tenemos dificultad en efectuar las poses que nos exigen mantener el equilibrio sobre un pie como en la actitud del árbol o un guerrero tres. Puede ser útil en estas situaciones, levantar los dedos de los pies de pie, forzando el peso del cuerpo a distribuirse uniformemente a través de las cuatro esquinas del pie, proporcionando mayor estabilidad. Date una oportunidad, realmente funciona.

+ There are no comments

Add yours